El rendimiento obtenido en el cultivo de trigo superó las 600 mil toneladas al igual que la cosecha de cebada que también alcanzó niveles históricos, según lo indicó el gerente general de la Cooperativa Agraria de Granos (COPAGRAN), Gustavo Flores.
Uruguay este año, obtuvo una zafra superior a la del año anterior, la cebada recuperó los niveles históricos de unas 150 mil hectáreas entre las dos malterías y a su vez –aunque aun no hay un dato oficial, al cierre de la zafra- el relevamiento primario, permite afirmar que tuvo un rendimiento más que aceptable que puede estar rondando los 3.000 kilos por hectárea promedio, cifra notoriamente superior al promedio histórico nacional.
Esta realidad arroja un volumen de producción muy importante en un contexto distinto al de otros años, lo que permitió iniciar una corriente de negocios para la exportación de maltas de cebada cruda y la cebada que se destina a malteo y a la exportación de cebada malteada.
En ese sentido, no sólo los rendimientos, sino que también mejoraron los precios que fueron los más altos de los últimos, 10 años. Este nivel de precios a los que se agregan los mecanismos de fijación de valores establecidos, por las malterías, le permiten al productor, tener oportunidades de manejar y fijar precios en forma anticipada. Hasta hace algunos años no se contaba con esos mecanismos y el precio se fijaba a mediados de enero y en forma discrecional por las malterías.
La cebada plantada abarcó 130 mil hectáreas y el trigo 190 mil hectáreas, que si los rendimientos se consolidan se obtendrán en el entorno de las 600 mil toneladas de trigo.
Probablemente la cifra final pueda ser algo mayor, según algunos indicadores, esta realidad permite establecer, que este año se obtendrían unas 200 mil toneladas por encima de lo que tradicionalmente se considera que es el consumo nacional de trigo. Por lo tanto, no solo se cubre la necesidad del mercado interno, sino que a su vez, queda un saldo exportable de 250 mil toneladas.
Esta cosecha excepcional, permite también alentar la posibilidad de exportar harina, aumentando la molienda nacional y la actividad de las empresas en los mercados internacionales, ya que el precio del trigo aumentó su valor generando buenas expectativas para este sector de la agricultura.
En el mundo, y debido a la seca en Australia, se registraron valores menores en la producción, fenómeno similar al ocurrido en países productores de trigo del Este de Europa, lo que llevó a que el trigo subiera su valor a nivel mundial y por lo tanto tonificara también, el precio regional del producto. Así en plena zafra se lograron precios muy interesantes, inclusive superiores a lo que hoy está el FOB Rosario en Argentina, que si bien tuvo una leva baja, el precio más interesante, está rondando los 170 a 185 dólares, dependiendo del momento de la zafra. Este fenómeno generó un incremento en los valores para la exportación, que estuvo bastante activa.
Para el gerente de la Cooperativa Agraria de Granos, Gustavo Flores, los negocios están basados en la calidad del producto y por ello los productores se vuelcan al mercado interno, pero debido a esta coyuntura favorable otros operadores lo hicieron hacia el sector exportador manera muy activa. Esto generó un movimiento sostenido del mercado.
El escenario del trigo y la cebada, es más que positivo, tanto en rendimiento, como en precio,
algo que generalmente nunca se da de forma conjunta.
A nivel general, se puede decir que los números finales dejaron a los productores y exportadores buenos márgenes de ganancia.