El Ministerio de Agricultura y Pesca (MGAP) fundamentó en el Parlamento el proyecto de ley que procura «la coordinación de organismos y de la institucionalidad, cuyo objeto es el quehacer agropecuario y, la descentralización, en el sentido de realizar la distribución a partir del centro de Montevideo».
Así lo expresó el subsecretario Ernesto Agazzi al asistir el pasado jueves 30 de noviembre en la Comisión de Ganadería, Agricultura y Pesca de la Cámara alta y exponer sobre el proyecto de ley «Descentralización y Coordinación de Políticas Agropecuarias con Base Departamental».
«Se trata de una construcción institucional muy vasta pero, en realidad, es una iniciativa muy modesta que procura ensamblar distintos recursos públicos -es decir, de nuestra ciudadanía- que ya están organizados en torno a institutos, organismos, comisiones o gobiernos locales», indicó Agazzi.
En tal sentido, «la búsqueda de mayor eficiencia en los recursos que ya tenemos en el sector agropecuario, nos llevó a estas propuestas organizativas. No representan un gasto, intentan organizar mejor lo que ya existe».
En realidad, agregó Agazzi, «este proyecto busca dos cosas diferentes: la coordinación de organismos y de la institucionalidad, cuyo objeto es el quehacer agropecuario y, lo que nosotros llamamos la descentralización, en el sentido de realizar la distribución a partir del centro de Montevideo».
Estimó que «es un despliegue en el territorio y esos son los cometidos específicos del MGAP. Es por eso que fundamentamos con tanta fuerza, porque dentro del Poder Ejecutivo somos los responsables del quehacer de todos estos temas».
«El objetivo es usar mejor los recursos materiales y humanos que tenemos en nuestras instituciones, pero capacitando a la gente y buscando mejoras a nivel de la agricultura, de manera de optimizar el aparato productivo y la producción, que actualmente incluye muchos actores», afirmó.
Agazzi puntualizó que «ya no se piensa en sectores de producción -es decir, primario, industrial y de servicios- sino que hoy se razona en función de cadenas que incluyen la producción de la materia prima hasta su transformación, comercialización y las negociaciones que hay que hacer para que ese trabajo integral culmine con un resultado positivo. Entonces, la nueva forma de producción y de inserción que estamos buscando para el país nos lleva a que hagamos cosas mejores».
Por tanto, «esto de optimizar la agricultura y de modernizarla -en el sentido de tener disponible todo el conocimiento que se tiene en el día de hoy- no quiere decir copiar ni creerse las últimas modas, sino incorporar el conocimiento disponible para mejorar nuestro aparato productivo desde la óptica que incorpora la sociedad rural».
El jerarca indicó que «el desarrollo productivo es un típico asunto que no se hace de arriba hacia abajo, sino definiendo políticas, pero con una institucionalidad incluyente, donde nos interesa mucho la participación de los actores locales organizados en sus sociedades, en sus asociaciones, y también de los gobiernos políticos del cambio, que al final son los que eligen; me refiero a los vecinos, a los ciudadanos».
Por todo esto «surge este diseño de los Consejos Agropecuarios Departamentales, que están integrados por los institutos y una estructura que son las Mesas de Desarrollo Rural, que incluyen la sociedad rural».