La Comisión Espírita por la Vida (CEV) solicitó audiencia a fines de noviembre a la Comisión de Salud Pública del Senado para dar su punto de vista sobre el proyecto de despenalización del aborto, denominado en defensa de la salud sexual y reproductiva.
Concurrieron por la CEV, Eduardo Dos Santos, Pavell Modernel y Magdalena Roberto.
Dos Santos expresó: «la nuestra es una institución sin fines de lucro, con personería jurídica desde hace 19 años y que trabaja con lo aportado por el codificador de la doctrina del espíritu, quien hace una investigación científico-filosófica con corte moral y religioso, por cuyo intermedio se ha comprobado de que somos un espíritu eterno y de que podemos, después de esta vida, continuar viviendo en otros planos y, por lo tanto, podamos programar nuestro regreso al planeta Tierra.
La doctrina espírita, como dije, no tiene fines de lucro y hoy está institucionalizada oficialmente en 32 países. La Federación Espírita Uruguaya pertenece a la Filiación del Consejo Espírita Internacional con sede en Brasilia y está integrada por representantes de esos 32 países. También la integra una Comisión de médicos espíritas que sostienen esta teoría bajo una investigación comprobable. Por lo tanto, nosotros presentamos este proyecto para aportar desde esta idea».
En tanto, Modernel informó que la Comisión Espírita por la Vida «surge a partir de la inquietud de un grupo de ciudadanos en torno a este ideal. Estamos organizados en un Centro Espírita que está integrado dentro de la Federación Espírita Uruguaya y que recibe el apoyo de algunas organizaciones pertenecientes a Brasil como, por ejemplo, la Asociación Médico-Espírita brasileña, la Asociación Médico-Espírita Internacional y la Asociación Jurídico-Espírita de Rio Grande Do Sul. Además, contamos con la orientación de algunas personalidades conocidas de nuestro movimiento dentro de Argentina.
En el Centro en el que estamos integrados mucho de los compañeros tomamos la iniciativa de elaborar este documento lo más seriamente posible basándonos en los aspectos más científicos y sociales, pero evitamos tocar el tema religioso, porque sería un punto en el que habría menos acuerdo. El cometido de nuestra asistencia a esta Comisión es compartir nuestro trabajo y hacer un aporte -no nos creemos dueños de la verdad ni mucho menos- con nuestra forma de pensar, que es una más dentro de la sociedad. Esperamos que les sea de utilidad a los señores Senadores a la hora de tomar decisiones para manejar otros conceptos que puedan tener o no».
La señora Roberto dijo ser docente, «a pesar de que hace ya un tiempo que no ejerzo.
Precisamente, hoy que estábamos invitados para concurrir a esta Comisión, vi en un programa de televisión a una persona que estaba hablando sobre el tema del aborto. El periodista manifestaba que en este momento hay otros temas que preocupan mucho en el país. El del aborto quedó ahí en suspenso por el hecho de que el señor Presidente de la República no lo acepta y, de pronto, parece inútil promover determinada norma, aunque pensamos que es necesaria una ley sobre salud reproductiva.
A propósito, recordaba que en mis épocas de juventud me parecía muy natural el aborto bajo ciertas condiciones. Sin embargo, hubo una evolución en mi persona y, en función de ello, puedo hablar de lo que siento o pienso. El espiritismo -ciencia, filosofía y religión- aborda cuestiones de la vida que nos preocupan a todos bajo estos tres aspectos. Entonces, buscamos algunos elementos que tengan que ver con el aspecto científico, que no es totalmente de nuestra elaboración, porque fuimos muy apoyados por la Asociación Médico Espírita de Brasil, que tiene gente que trabaja muy seriamente.
Se dice, por ejemplo, que la mujer tiene derechos. Comprendo que hay problemas muy grandes, porque existen casos de mujeres que mueren por practicarse abortos ilegales. Por supuesto, cuando se abordan los temas de forma incompleta se tiene una postura también incompleta y no es fácil tomar una decisión correcta. No hay dudas de que la mujer tiene derechos, pero nos preguntamos si el ser en gestación no los tiene también. Se dice que el feto es como una especie de prolongación del cuerpo de la mujer, pero la ciencia demuestra hoy día -es bueno que nos preocupemos de averiguarlo- que eso no es cierto, porque su ADN es distinto de los padres y no hay otro similar al suyo.
Además, la célula huevo es absolutamente especializada, es el producto de la selección de millones de años. Hace poco vi una película en la que se podía observar una inmensidad de espermatozoides navegando en el líquido seminal en busca del objetivo. De modo que una vez que se produce la fecundación, si bien toda esa millonada de espermatozoides puede parecer inútil, no lo es, porque forma una especie de aro protector energético en torno al huevo, que la naturaleza va «como a proteger». De pronto, este compañero no en vano hizo la carátula que escuchamos. O sea que el adulto ya está protegiendo la vida, que es lo que debemos hacer.
Hay elementos muy llamativos. Por ejemplo, no sé si los señores Senadores saben que la ciencia prueba hoy en día que el feto tiene capacidad para autogenerarse mentalmente, de adecuarse a situaciones nuevas, de seleccionar situaciones y de aprovechar experiencias. Además, se ha verificado que el feto es un ser altamente individualizado en sí mismo, porque capta la vida emocional, las sensaciones de la madre y escucha, ya que reacciona ante algunos sonidos como lo hacemos nosotros y después se adecua a aquella situación. En fin, se han mostrado cosas increíbles. Por ejemplo, ¿el hombre puede producir la vida en el laboratorio? ¿Puede acaso producir una molécula? ¿Por qué la célula recién formada es altamente especializada? Ninguna célula de nuestro cuerpo va a tener la misma capacidad de esa, que crece diez mil veces ponderadamente en un mes. Hay también detalles que no manejo, pero que quiero mencionarles como, por ejemplo, que una célula viva cualquiera necesita veinte aminoácidos para formar una cadena compacta y constituirse como tal.
Dicha célula viva, a su vez, necesita dos mil enzimas específicas para realizar ese proceso; ahora bien, se necesita la mitad de enzimas -es decir mil- para formar algo más o menos viable en un tiempo de millones de años. Esto quiere decir que estamos hablando de una función altamente especializada que no puede hacer el hombre artificialmente. Los científicos llegan a la conclusión de que allí hay algo subyacente que la ciencia no puede explicar, porque el hombre no es capaz, en realidad, de fabricar la vida.
Hay otros descubrimientos hechos por la neuróloga Candace B. Pert que indican que la memoria no sólo está en el cerebro, sino en todo el cuerpo, tanto en el nuestro como en el cigoto, a través de neuropéptidos que conforman una unidad y que trabajan junto con los sistemas endócrino, inmunológico y nervioso. Eso va a permanecer siempre, es decir que llevan memoria.
Como sabemos, la ciencia se vuelca mucho a los conceptos neodarwinistas de la formación de la vida e incluso llegan a la conclusión de que ella ocurrió por casualidad. Hay muchas personas de la doctrina espírita que manifiestan que la casualidad es una ingenuidad del hombre. Nuestro desconocimiento de las cosas nos lleva, en este caso concreto -y acá no hay colores políticos ni cuestiones filosóficas, porque a todos nos incumbe- a esa conclusión. Nosotros creemos que la vida es un bien indisponible; el hombre no puede disponer de ella a su antojo, sino que por lo menos debe tener una actitud de humildad frente a este proceso que desconocemos bastante.
Por otro lado se sabe que en la mujer, las consecuencias emocionales y psicológicas del aborto son devastadoras. Pero esto no ocurre solamente con ella, sino que todos los que han tenido que ver con ese fenómeno también han sufrido desequilibrios de distinta índole. Tal vez los Legisladores hayan tenido acceso a información en ese sentido.
Debo confesar que antes creía que el aborto, en las primeras etapas del embarazo, involucraba a un montón de células sin importancia, pero hoy día considero que no es así; en la vida hay una continuidad -y esto no en lo que digo yo, sino que se basa en lo que han investigado los científicos- que va desde la formación del huevo, pasando por el embrión, luego el feto, el niño, el hombre y el viejo y cualquier interferencia constituye un atentado violento contra el fenómeno maravilloso de la vida, del cual no podemos disponer sin consecuencias graves.
Otro aspecto a tener en cuenta es que el feto no solamente manifiesta emociones y «escucha» -lo que se ha probado mediante la hipnosis regresiva, cuando se han contado cosas que las personas oyeron estando en la vida intrauterina y que fueron corroboradas por sus padres u otros testigos- sino que también siente dolor. Es más; hay neonatólogos que practican cirugía fetal y que lo anestesian -confieso que no lo sabía- porque los mecanismos de defensa contra el dolor no han sido totalmente desarrollados hasta después del nacimiento. No sé de dónde proviene esa idea de que la vida comienza desde el nacimiento o un poco antes, pero uno de estos neonatólogos señala que sin duda ocurre desde el momento en que se forma el embrión, momento en que la vida está en germen. Pensemos que si ello no fuera así, después no nos desarrollaríamos como seres humanos, porque sería imposible. ¿De dónde saldríamos entonces?
Si simplemente razonáramos un poco más detenidamente sobre este punto, nos llevaría a pensar más en eso. Este neonatólogo nos muestra también fotos de una operación intrauterina en las que se ve el reflejo de prensión por el que el feto agarra la mano del cirujano. Después tenemos una foto del bebé ya nacido. Esta persona expresa que después que el bebé nace, el médico hace todos los esfuerzos posibles por salvar su vida. Entonces, ¿por qué no se tiene la misma actitud un momento antes de nacer? Creo que estas son cosas que debemos preguntarnos. Acaso nosotros, desde un puesto de Legislador o de juez, ¿tenemos derecho a decir quién tiene derecho a la vida y quién no? Estimamos que las soluciones son otras. Es imprescindible encaminar a nuestros jóvenes y a nosotros mismos hacia la responsabilidad y seguramente eso se logra a través de la educación y de la prevención.
Estimamos que existe la ley de causa y efecto; no vivimos en un mundo casual, vivimos en un mundo causal, desde lo primero hasta lo último. Entonces, una vez que los hechos sucedieron, hay que encarar la situación y actuar con responsabilidad. Tal vez el Estado tenga muchísimo que hacer en torno a ese tema. Creo que pronto se va a implementar la educación sexual en los liceos y ojalá que así suceda.
En términos generales, esta es la posición que nosotros defendemos».
Modernel es enfermero y se desempeña en el área de la salud.
«Partimos de la base de que desde el momento de la concepción hay una individualidad y una vida que deben ser protegidas y defendidas. Entonces, no creemos que sea correcto o viable manejar el concepto del aborto provocado como un método de solución. Tal vez la mujer que maneja la idea de realizarse un aborto no está tomando una decisión dentro de lo que son sus facultades normales. En mi caso personal, en las situaciones que he conocido de personas que se han realizado abortos, me ha sido imposible hacerles cambiar su punto de vista; hay una negación absoluta de querer manejar otra posibilidad que no sea la de realizarse un aborto.
En ese sentido, entendemos que la sociedad no debe incentivar este acto. Legislar sobre el tema y legalizarlo podría abrir las puertas a que tal vez mañana se convierta en algo socialmente aceptado. Por esa razón entendemos que lo que se debe hacer es educar en prevención, dicho esto en el sentido de que la mujer y el hombre conozcan el correcto funcionamiento del cuerpo. Así, se aportan elementos en la formación de una conciencia con respecto a la responsabilidad en el uso de la sexualidad. También se debe incentivar el apoyo de la familia como institución. En ese sentido, estamos en una crisis muy grande pues las familias hoy en día están muy disgregadas. La droga y el alcohol están haciendo estragos y pensamos que no debemos caer en cosas que incentiven una mayor disgregación.
Por otra parte, creemos que se debe abordar el tema de la educación sexual de manera integral y desde una edad muy temprana. Inclusive, pensamos que a veces se habla sobre sexualidad solamente informando acerca de cómo funciona el organismo humano, pero no se forma con respecto a su correcto uso.
La primera vez que se discutió el tema en este Parlamento, alguien dijo que detrás de esta clase de hechos hay muchas cosas encubiertas. Si mal no recuerdo, fue el señor Senador Eleuterio Fernández Huidobro. Se refirió a una especie de «mercado negro» que habría en el país.
No creemos que la legalización de este acto favorezca el crecimiento de nuestra sociedad sino que, por el contrario, lo disminuye numéricamente. Los países poderosos tienden a ejercer un mayor dominio sobre los de Sudamérica y tal vez ellos sean los primeros interesados en que nuestras poblaciones no crezcan.
Entonces, no pensamos que sea bueno acudir a estos actos como forma de mejorar la salud y, además, el término «aborto» no concuerda con la expresión «salud reproductiva». Los daños existen y van a continuar haciéndose abortos para pobres y abortos para ricos. Aquellos que tienen miedo a la publicidad o que se les ha negado la posibilidad de un aborto dentro del ámbito legal, continuarían concurriendo a las clínicas ilegales. Nos parece contradictorio que gente que durante tanto tiempo ha actuado dentro de la ilegalidad, practicando un acto médico que no reconocemos como legítimo, hoy pase a tener la posibilidad de trabajar dentro de la legalidad.
Vemos muchas cosas contradictorias en este tema y, en base a ello y al hecho de que entendemos que la vida comienza desde el momento de la concepción, venimos a realizar este aporte. Además, queremos dejarles un material con respecto a nuestra filosofía.
Para finalizar, les decimos que estamos a entera disposición para seguir conversando sobre el tema y aportar elementos que pueden ser de utilidad. En lo personal, nos sentimos muy agradecidos -al igual que mis compañeros- por haber sido recibidos en el día de hoy. Esto es algo nuevo para nosotros como Comisión Espírita por la Vida, movimiento nuevo que hoy está creciendo en nuestro país. Me refiero al hecho de poder acercarnos para que nos conozcan y sepan que existimos y que nos interesamos sobre las cuestiones de la sociedad.
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