El diputado oficialista Jorge Menéndez planteó a través de una exposición escrita la necesidad de crear un marco jurídico que proteja la riqueza ictícola de nuestros ríos.
A continuación transcribimos el planteo del legislador por el departamento de Durazno.
«Queremos referir nuestra intervención de hoy a la necesaria explotación de las riquezas naturales con que cuenta cada una de las zonas en las que vivimos los uruguayos, en el marco del desarrollo de un país que busca una producción sustentable en áreas tradicionales y no tradicionales.
En lo que atañe a nuestra realidad, el río Yi desde siempre ha sido un referente no solo histórico-geográfico, sino en lo que tiene que ver con nuestra cultura e idiosincrasia; y hoy, en lo referente al tema que pretendemos introducir en esta Cámara, ofrece su potencialidad como generador de riquezas debido a su explotación turística y recreativa.
Dado lo anteriormente expresado, nos ocuparemos del panorama de dificultades que nos plantea la explotación no racional e indiscriminada de la delicada riqueza ictícola de los ríos interiores de nuestro país, y particularmente en el caso de nuestro río.
A diferencia de la protección que la legislación provee a la fauna terrestre, consideramos que históricamente el Estado uruguayo ha manejado el recurso ictícola en forma poco creativa y, en la práctica, ha renunciado a su potestad y obligación de administrarlo en forma racional y sustentable, produciéndose una degradación alarmante del recurso pesquero continental con una mínima rentabilidad social y económica.
La pesca artesanal con fines comerciales ocupa a algunos pescadores, que viven y trabajan en forma precaria, obteniendo resultados económicos mínimos, mientras que unos pocos intermediarios se llevan la mayor parte de los beneficios de un recurso que es de todos.
Por otra parte, la pesca deportiva o recreativa, aunque es practicada por una significativa cantidad de personas, pasa inadvertida al no ser visualizada como una actividad económicamente importante. Nosotros consideramos que es digna de tenerse en cuenta a la hora de pensar en actividades no tradicionales que den mano de obra genuina y duradera.
La pesca deportiva es una de las actividades de esparcimiento que atrae a mayor cantidad de personas de todas las edades y condiciones sociales en el mundo; en los países que con este fin han trabajado, genera una importante actividad económica, ya que con una eficiente distribución de los recursos se beneficia a diferentes sectores de la sociedad y se promueve el desarrollo local de comunidades que de otra manera difícilmente podrían captar el turismo.
Además, esta actividad tiene el mérito de su bajo impacto sobre el ambiente, proporciona esparcimiento saludable, promueve el conocimiento de los ecosistemas y la interacción con la naturaleza.
En nuestro país, los ecosistemas acuáticos continentales tienen una gran variedad ictícola, lo que permitiría desarrollar un proyecto turístico viable, sustentado en el atractivo del alto valor deportivo de alguna de sus especies, como la tararira y el dorado. Ambas especies son aptas para la captura y suelta, siendo esto primordial para el buen manejo y rentabilidad del recurso, dado que un pez puede ser pescado una y otra vez, lográndose así multiplicar su valor.
Para el pescador deportivo, tan importante como la pesca es el lugar donde se practica. Uruguay y nuestro departamento tienen el privilegio de contar con muchos ambientes de singular belleza.
Así es que, dadas todas estas potencialidades y teniendo en cuenta la necesidad de proteger la riqueza ictícola y generar puestos de trabajo, estamos proponiendo que el Estado promueva el uso sustentable de los recursos biológicos de las aguas continentales a través del manejo ordenado de la pesca deportiva, recreativa y turística.
Para lograrlo debemos trabajar en la creación de un nuevo marco jurídico, para orientar una visión estratégica en el manejo de los recursos, aprovechándolos como producto turístico y garantizando la sustentabilidad biológica y social.
Esta legislación, que desde ya nos comprometemos a colaborar en crear, debe valorizar nuestras especies naturales como base estratégica de la futura propuesta turística; debe fomentar la pesca deportiva y recreativa en aguas continentales, promoviendo la zonificación y determinando áreas según el criterio de las autoridades nacionales competentes al respecto, de manera de reservar zonas para los fines mencionados, protegiéndolas de las actividades comerciales depredatorias. La gestión de esta zona implicará la interacción de todos los actores involucrados: Gobiernos Municipales, operadores privados, técnicos y autoridades nacionales.
Estamos trabajando y realizando los contactos necesarios para que el río Yi sea considerado área protegida -en zonas a determinar- como forma de contribuir, entre otras medidas ya mencionadas, a lograr el objetivo que esta exposición pretendió generar. En este sentido ya existen experiencias en India Muerta, departamento de Rocha. Vayan nuestros saludos y felicitaciones al biólogo Fernando Vicente por su labor allí, y también a los visionarios nucleados en el Club El Puentecito, de la ciudad de Durazno, que realizaron los primeros certámenes de pesca con devolución en la Fiesta de la Tararira.
Solicito que la versión taquigráfica de mis palabras se curse a la Presidencia de la República, al Ministerio de Turismo y Deporte y a la Dirección Nacional de Recursos Acuáticos (DINARA), así como a las Intendencias Municipales y Juntas Departamentales de Durazno, Flores y Florida».